Las personas que padecen asma pueden tener los siguientes síntomas:

  • Tos, que puede ir acompañada de moco espeso y difícil de expectorar
  • Dificultad para respirar o ahogo, se denomina disnea y puede ser leve o intensa
  • Ruidos en el pecho, como pitidos, que se llaman sibilancias
  • Opresión o sensación de tirantez en el pecho

Estos síntomas suelen cambiar de unas personas a otras, aparecen aislados o combinados entre sí y generalmente son variables en el tiempo. Por lo general, empeoran por la noche y los pacientes se despiertan en las primeras horas de la mañana con la sensación de dificultad para llenar de aire los pulmones. También suelen ser más intensos durante los catarros, al realizar esfuerzos o en algunas estaciones del año.

Los síntomas del asma pueden presentarse en forma de ataques o crisis, con un empeoramiento visible de la situación habitual del paciente. Dependiendo de la causa, las crisis aparecen de forma lenta o de forma mucho más rápida. La intensidad de los síntomas también varía desde leves a muy intensos, llegando a comprometer la salud. La duración también es variable, pueden durar desde minutos a varios días, separados por periodos sin síntomas. Requieren actuar con rapidez.